Thursday, November 27, 2008

Rojo, amarillo y verde una producción a realizarse por Bouloq, Bastani y Bellot








Octubre 24/2008

(Lapaz.bo) Martín Bouloq, Sergio Bastani y Rodrigo Bellot dirigirán la cinta que comenzará a rodarse en diciembre. Unirá tres historias en 90 minutos.

Rojo, amarillo y verde es la nueva película boliviana que comenzará a rodarse en diciembre bajo la dirección de Martín Bouloq, Sergio Bastani y Rodrigo Bellot. Se trata de un proyecto que une tres historias distintas pero unidas por un hilo conductor.

Bouloq dirigirá “Rojo” donde plasmará la experiencia de anteriores trabajos entre ellos “Lo más bonito y mis mejores años”, una de las producciones nacionales más premiadas de los últimos años. “Rojo” cuenta la historia de una mujer con cáncer que trata de evadir la realidad dos días antes de iniciar la quimioterapia, busca retroceder en el tiempo y ocultar a su familia el mal que la aqueja.

Sergio Bastani, que actualmente se encuentra en Estados Unidos, hizo un contacto telefónico para hablar de la historia que le corresponde dirigir “Amarillo”, nombre del protagonista del nuevo filme, un niño de doce años que debido a una travesura se ve lejos de su familia y casa, enclavada en un pueblito de Tarija.

Finalmente “Verde” es una historia basada en el cuento de Claudia Peña que lleva el mismo nombre. El guión escrito y dirigido por Bellot, transportará al espectador a las tierras cruceñas donde vive un joven que luego de verse desempleado, ve un futuro desalentador. La vida, sin embargo, le pondrá en medio camino a gente con la que vivirá otras experiencias.

Cada una de las historias tiene una duración promedio de 30 minutos que serán enlazadas al estilo de los jóvenes directores. La producción recaerá en Gerardo Guerra.

El trío inició con marcado entusiasmo el proyecto cinematográfico calificado como “cine autoral que tiene que con una manera de ver el mundo y un lugar desde donde se lo ve. Abandonamos las nociones y paradigmas del siglo pasado. Nuestro cine no tiene pretensiones políticas ni partidarias. No se adhiere ni se excusa en ningún movimiento, escuela, género o agrupación. Se aleja de los grandes temas y verdades. El acto de hacer un cine personal y auténtico es, finalmente, trascendental y revolucionario”.

Los tres coinciden en señalar que lo suyo está enmarcado en nuevas formas de producción y financiamiento que no son antagónicas al Estado. Estrenar una película toma más atención y dedicación que escribirla y rodarla, así como criticarla o desecharla es más cómoda que dialogarla o asimilarla. En un momento en que pareciera tener más relevancia hacer cine que pensarlo, proponemos una ética del cine donde el qué y el por qué decir, sea lo más importante”.