Anselmo Vargas, detective privado
Por Tatiana Sanabria / La Paz - 22/10/2011
Ser detective privado en Bolivia puede ser, entre otras cosas, una excusa para descubrir y entender algunos de los ejes políticos vigentes en la nueva Constitución Política del Estado. Anselmo Vargas, protagonista de una nueva serie televisiva, hará de cada capítulo un debate político abierto para todo el que quiera aprender.
El programa Anselmo Vargas, detective privado, se difundirá todos los domingos, desde hoy, por el canal ATB, a las 23:00.
La idea de realizar una producción audiovisual que combine historias de personajes con entrevistas a expertos nació por la necesidad de generar nuevos espacios para transmitir conocimientos sobre política, pero de manera sencilla y masiva.
Los temas -que se desarrollarán en seis capítulos- hablarán de autonomía, economía plural, los recursos naturales, el racismo, el socialismo comunitario y el Estado Plurinacional.
“Buscamos nuevas formas de socializar los contenidos de la Constitución. Estos debates nos parecen trascendentales y queremos que sean más amplios, no sólo de expertos”, afirma Guido Riveros, director ejecutivo de la Fundación Boliviana para la Democracia Multipartidaria (fBDM), institución que empezó con la idea general del proyecto.
Una característica distintiva de este producto audiovisual es la pluralidad de críticas, análisis y opiniones sobre cada tema.
“El programa cumple con el objetivo de acercar a públicos masivos a temas políticos muy áridos. Esta serie no está para contentar políticamente a nadie, sino que tiene una visión plural”, explica el comunicador social Ilya Fortún, uno de los consultores contratados por la Fundación.
Esta producción -además de ser difundida por televisión- pretende llegar a profesores y alumnos de colegios para que usen este material como método didáctico de enseñanza. “La idea es que el próximo año salga una segunda temporada de Anselmo Vargas con nuevos temas de interés social”, adelanta Jorge Dulón, responsable del proyecto.
Proceso de elaboración
La realización de esta docuficción empezó en 2009, cuando la fBDM formó un grupo de expertos en diferentes áreas para dar cuerpo a la idea inicial.
“Ha sido una obra colectiva, en la que hemos actuado e interactuado como grupo. Los ensayos políticos los convertíamos en guiones lúdicos, porque la idea era hacer algo mucho más popular sin que pierda seriedad argumentativa, reflexiva y teórica”, explica el cientista político Diego Ayo, coordinador general del proyecto.
Para poder llegar al público con esta temática, optaron por contar historias que interesen a la gente y que a la vez transmitan y profundicen los conceptos de política.
Estos relatos se realizaron principalmente en la ciudad de La Paz, con un capítulo en Santa Cruz y en la Chiquitania, en un lapso de 25 días.
Entrevistaron a un total de 53 expertos en el campo de la política, que además son considerados analistas de renombre en nuestro medio, entre ellos Andrés Gómez, director de la radio Erbol; Rafael Loayza, analista político; Paula Peña, historiadora, y Diego Cuadros, experto en autonomías y plurinacionalidad.
La elección del personaje principal fue un tema aparte. Marcelo Cossío, director de la productora audiovisual Kinesis, cuenta que al principio pensaron en un taxista, luego en un conductor de radio y finalmente se quedaron con la idea de un detective que resuelva problemas ajenos.
Anselmo Vargas, interpretado por el actor Rodrigo Ayo, “es un héroe local, un detective hecho a imagen y semejanza de los bolivianos. Este personaje va resolviendo casos y en el camino va tropezando con la compleja realidad política”, explica Fortún.
El proceso de guionización fue el más largo e importante, pues en cada historia se debía combinar la ficción con la parte teórica y documental. Crear situaciones, escenarios, personajes secundarios y diálogos fue un trabajo que demoró casi tres meses.
El primer capítulo fue sometido a la opinión de grupos focales que dieron un primer diagnóstico del producto. Esto les permitió hacer algunos ajustes en los siguientes. “Lo que más les gustó es que el programa los enganchaba en los temas y, además, nadie sabía quién lo hizo, si el Gobierno o la oposición”, agrega Fortún.
Después de un año de trabajo arduo y continuo, sale a la luz un programa con características diferentes y enriquecedoras en términos educativos y de discusión intelectual. “Queremos que esto signifique un avance en nuestra capacidad de comunicarnos con diferentes sectores de la sociedad boliviana, más allá de los círculos tradicionales de expertos, y que pueda mejorar la participación política de la gente”, concluye Riveros.
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