El film fue producido por la productora Prong Estudios y dirigido por Grober Quisbert, ambos de la ciudad de El Alto.
“La película se basa en la historia de la pequeña ‘princesa’ con la que empieza la trama en la primera parte, ella es abandonada en un basurero y es rescatada por alcohólicos e inhaladores, y en esta segunda parte ya se involucra a los padres de la madre que la abandonó y develan peligrosas facetas del tráfico de drogas y pandillas de la ciudad de El Alto”, indicó Quisbert.
Agregó que la primera parte de la película fue un “éxito” en Perú, Chile y Bolivia en 2013, por lo que se pensó hacer la segunda que fue grabada en locaciones de La Paz, El Alto, Perú y una parte en Chile, en la que se refleja la realidad de los niños que viven en las cárceles quienes son usados para el tráfico de estupefacientes y el contrabando.
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