Milen Saavedra / La Paz
El cineasta boliviano Diego Torres regresa a la pantalla grande con el largometraje de ficción titulado La saga de los poetas que fue rodado completamente en celuloide. El estreno de la cinta será el 26 de noviembre en la Cinemateca Boliviana.
"Es una película que tiene que ver con el largometraje La calle de los poetas (1999). A partir de algunos personajes que creé en esa ocasión, he desarrollado una nueva historia para tratar de recuperar esa magia que tenían. Por otro lado, mostrar aspectos de realidad que se vive en la sociedad actual a través de papeles más jóvenes y rebeldes”, contó el cineasta.
Torres agregó que también quiere mostrar a las nuevas generaciones una opción distinta de la digital y que conozcan cómo es una proyección en celuloide.
"Filmar en celuloide es una elección personal porque las producciones ahora se hacen en digital, que es otra tecnología. Es una imagen tan especial, tan distinta en los colores, la profundidad de campo. Es importante, sobre todo, para la creación artística”, afirmó.
La película tiene como protagonistas a dos personajes femeninos, una es Demokracia, interpretado por Daniela Gandarillas, y Utopía, que es Kelly Ledezma.
"Uno de los personajes que representa a la gente joven de las nuevas generaciones es Demokracia, una chica joven. Ella y sus amigos se expresen a través de grafitis que tienen que ver con la temática nuclear”, indicó Torres.
También participan los actores Jorge Ortiz como El hombre que habla solo, David Mondacca como el pintor y José Aramayo como Paradiso. Además de Coca Guerrero, Raúl Beltrán, Drixi Bel y Alejandro Drakjic.
"El personaje de Utopía interactúa con uno que había en La calle de los poetas, La Parca, que era una mujer misteriosa vestida de negro que tenía una rueca e hilos de color oscuro”, adelantó el cineasta.
Por eso, aunque Sandra Peña, quien interpretaba a La Parca, no participó en el rodaje, sí se recuperaron varias escenas inéditas que había filmado para La calle de los poetas.
Sobre el proceso de edición, el director comentó que duró ocho meses. El rodaje comenzó en marzo y se prolongó hasta agosto. Resaltó que es un filme totalmente independiente y que tuvo un presupuesto de 5.000 dólares.
"Sobre todo por el proceso de laboratorio, como filmamos en rollos de película Súper-8 y algunos de 16 milímetros también, necesariamente había que enviar el material a laboratorios fuera del país y esperar los resultados del revelado para continuar, aumentar algunas escenas o corregir pequeñas cosas”, detalló el cineasta.
Luego, realizaron el trabajo de posproducción, sobre todo de sonido, entre septiembre y octubre. En ese sentido, se hizo el doblaje de todas las escenas. También se buscaron y seleccionaron temas musicales para el filme.
"En la Calle de los poetas utilicé varias composiciones de diferentes grupos de rock. En esta oportunidad, hemos querido también tener esa música”, agregó Torres.
Así, en la banda sonora participan la banda Taparako, con varios temas de sus dos discos publicados, Akelarre y Crepúsculo.
"Por otro lado, para las escenas de los grafitis, hemos compuesto una canción, la letra es mía y la música es de la banda Kontaminación Akústica. Es sobre el peligro que significa el uso de la energía nuclear”, agregó Torres.
Además, la parte instrumental, específicamente canciones interpretadas con saxo, fue compuesta por el músico y productor Álvaro Montenegro, quien ya trabajó con Torres en La calle de los poetas. "Al hacer este trabajo de posproducción, pude lograr que haya una complementación entre las escenas y el tipo de música”, agregó Torres
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